Tuesday, August 07, 2007

Declaración internacional de los editores independientes, por la protección y la promoción de la bibliodiversidad

Preámbulo

El papel de los editores independientes, como actores esenciales de la difusión de ideas, de la construcción del ser humano, se encuentra hoy gravemente amenazado en el mundo entero. La bibliodiversidad –la diversidad cultural en relación al libro– corre peligro.

Los editores independientes padecen intensamente los efectos de la globalización económica, que favorece la concentración financiera de este sector, dominado hoy por grandes grupos que poseen los recursos económicos, los medios de comunicación y mecanismos de difusión. La uniformización de los contenidos está en marcha.

La lógica puramente financiera empuja el mundo editorial hacia una mercantilización incompatible con la creación y la difusión de bienes culturales. A pesar de ello el libro debería ser un bien público.

Frente a estas amenazas, nosotros, 75 editores independientes de más de 45 países –entre los cuales hay representantes de colectivos que agrupan en total más de 465 editoriales– reunidos en París, en la Biblioteca Nacional de Francia, del 1º al 4 de julio de 2007 en el Congreso internacional de la edición independiente, reafirmamos nuestra determinación de resistir y actuar unidos.

Compartimos plenamente los principios de la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales de la Unesco que entró en vigor el 18 de marzo de 2007. Expresamos nuestra voluntad de contribuir activamente para que su aplicación en el sector cultural al que pertenecemos sea una realidad. Consideramos que la Alianza de editores independientes que conformamos es un instrumento legítimo para defender la bibliodiversidad y representar la edición independiente, particularmente frente a organismos internacionales y a Estados comprometidos en aplicar la Convención y en poner en práctica políticas nacionales para el libro y la lectura.


Declaración

Denunciamos en primer lugar y con energía toda forma de censura, sea esta directa, indirecta o fruto de la autocensura. Nos declaramos plenamente solidarios con todos nuestros colegas editores, autores y otros profesionales del libro, que sufren actualmente amenazas, agresiones morales o físicas o privación de libertad, que pone bajo serio riesgo sus actividades y aún sus vidas. Asimismo constatamos el desarrollo de formas de censura menos directas, tanto por vías administrativas (bloqueos en las aduanas, impuestos arbitrarios, etcétera) como por vías jurídicas y financieras, o aquellas que resultan de mecanismos de autocensura. El fenómeno de concentración económica, con una lógica puramente mercantil de la labor editorial y de los medios de comunicación, refuerza de manera directa o indirecta distintas formas de censura, o contribuye a su surgimiento.

Constatamos que las leyes antiterroristas o las llamadas "de seguridad" están restringiendo, desde hace ya algunos años, la libertad de expresión a lo largo del mundo; nos comprometemos a luchar contra esas violaciones.

Estamos particularmente alarmados por la escasa circulación de obras e ideas de una cultura a otra en particular por medio del libro. Constatamos, por ejemplo, que muy pocos libros son traducidos al inglés o al árabe mientras que la mayoría de las traducciones son de obras provenientes del mundo de habla inglesa. Tememos un repliegue de las identidades y la instauración de modo durable de un único pensamiento dominante. Pedimos de manera unánime y firme la creación, urgente, de fondos y ayudas para la traducción destinados a los editores independientes. Pedimos a todos los Estados, a los poderes públicos, a los patrocinadores, que movilicen recursos para facilitar la traducción de obras que permitan nuevas modalidades de relación entre las comunidades humanas y el refuerzo de la ya existentes.

Estamos convencidos que las coediciones son un instrumento útil para el diálogo intercultural –particularmente cuando son el fruto de una acción colectiva, plasmada en acuerdos comerciales solidarios. Nos comprometemos a continuar nuestra reflexión –enriquecida por la práctica– sobre la noción de «libro equitativo».

Nos declaramos en favor de la soberanía de los Estados en materia de políticas culturales, políticas que no deben de ningún modo menoscabar la libertad de expresión o violar los derechos humanos. Debe respetarse y aplicarse el derecho soberano a establecer políticas y leyes en favor del libro y para proteger y promocionar las industrias culturales independientes, derecho que nos comprometemos a defender. Dichas políticas deberían, por ejemplo, promover leyes de precio único para el libro, incentivos fiscales, desarrollo de bibliotecas públicas, protección y promoción de las librerías independientes, compras estatales de libros producidos localmente, tarifas nacionales preferenciales para el transporte de libros.

El libro y la edición forman parte de una herencia cultural local pero también universal, la difusión de las obras debe realizarse de modo prioritario –más aun cuando los niveles de desarrollo son desiguales– por medio de la coedición solidaria y la cesión de derechos de autor. Consideramos necesario fomentar la publicación de libros en lenguas locales o minoritarias y nos sentimos identificados con los editores que editan en ellas.

Pedimos la revisión del Acuerdo de Florencia. No nos oponemos al principio de la libre circulación de los libros, pero desgraciadamente, y de manera muy seguida, esta desfavorece los mercados y las industrias locales y nacionales. Deben haber compensaciones tendientes a corregir el intercambio desigual entre países fuertemente exportadores de libros y países mayormente importadores.

Hacemos un llamado a las asociaciones e instituciones que realizan donaciones de libros para que su actividad no afecte de modo negativo la edición local. Creemos que se debe revisar de manera urgente esta actividad y sus mecanismos, buscando darle a la donación de libros una nueva significación, una visión moderna.

Es imperativo que los editores independientes puedan acceder a las compras estatales en sus países. La edición de textos debe confiarse de manera prioritaria a los editores locales independientes, por un lado para favorecer el desarrollo económico del sector y por otro porque es esencial que los contenidos y los libros sean concebidos y producidos localmente.

Pensamos que es esencial que se establezcan sistemas fiscales favorables a la industria del libro. En particular impuestos reducidos y máximas exoneraciones impositivas para la importación de los insumos necesarios a la fabricación del libro. Deploramos el hecho de que el Protocolo de Nairobi no haya sido firmado, ratificado o respetado por todos.

Reafirmamos nuestra convicción en la interdependencia con los demás actores del mundo del libro: autores, traductores, libreros, bibliotecarios. Somos conscientes que nuestro porvenir está estrechamente vinculado, muy en particular, al de los libreros independientes. No olvidamos que ellos son, al igual que los editores independientes, agentes culturales y sociales fundamentales para la información y la formación de las personas. Editores y libreros deben trabajar mancomunadamente para hacer conocer su independencia y el significado de la misma.

En algunos países la distribución del libro se encuentra en plena desregulación debido a la concentración, lo que amenaza toda la cadena del libro. Hacemos un llamado para que sean reguladas las estructuras existentes y para que se creen estructuras alternativas de promoción y distribución.

Las bibliotecas públicas son un eslabón primordial de la cadena del libro, a través de sus adquisiciones deben reflejar la diversidad cultural y facilitar el desarrollo de la edición local al mismo tiempo que cumplir su papel social de formador de lectores.

Es fundamental que se elaboren y apliquen leyes equilibradas en el ámbito de los derechos de autor, leyes que a la vez de proteger el derecho de los creadores garanticen el acceso al conocimiento. Se trata, fundamentalmente, de impedir el monopolio del conocimiento y una desmesurada apropiación privada del saber. Por otro lado es fundamental el acceso a las nuevas tecnologías ya que estas cumplirán un papel esencial para la bibliodiversidad.

Somos conscientes que al mismo tiempo que reivindicamos y luchamos por nuestros derechos debemos comprometernos a cumplir con nuestros deberes y responsabilidades, tanto culturales, sociales como medio ambientales.

Al cabo de estas cuatro jornadas de trabajo en común constatamos nuevamente que nuestra Alianza de editores independientes es un espacio privilegiado para el encuentro, para el diálogo, para el intercambio cultural, para compartir experiencias y conocimientos profesionales, para concebir y poner en marcha proyectos editoriales innovadores, para elaborar acciones de lobby en apoyo a la edición independiente y a la bibliodiversidad. Tenemos conciencia de que somos los primeros actores de nuestros proyectos y reflexiones.

Finalmente hacemos un llamado a los editores independientes de todos los países para agruparse a nivel nacional, regional e internacional, en asociaciones y colectivos que nos permitan defender mejor nuestros derechos y hacer oír nuestra voz. Juntos y con el apoyo de los poderes públicos, los patrocinadores y los organismos internacionales continuaremos en la defensa y promoción de la edición independiente y la bibliodiversidad.

París, miércoles 4 de julio de 2007

38, rue Saint-Sabin – 75 011 Paris (France) – Tel. 00 33 (0)1 43 14 73 66 –

www.alliance-editeurs.org


Lista de firmas


Sindhu ABEBE, Ediciones Sindhu, Etiopía

Nouri ABID, Ediciones Med Ali, Túnez

Joachim ADJOVI, Association Afrilivres, Benín – colectivo de editores independientes que agrupa 55 editoriales del Africa francófona, al sur del Sahara

Silvia AGUILERA, Lom editorial, Chile

Bahman AMINI, Éditions Khavaran, Irán – Francia

Marie-Agathe AMOIKON FAUQUEMBERGUE, Éditions Éburnie, Costa de Marfil

Pascal ASSATHIANY, Éditions du Boréal, Quebec – Canadá

Bichr BENNANI, Tarik ediciones, Marruecos

Pierre BERTRAND, Éditions Couleur livres, Bélgica

Dominique BIGOURDAN, Éditions Sang de la Terre, Francia

Joseph BOU AKL, Ediciones Dar Al-Farabi, Líbano

Isabelle BOURGUEIL, L’or des fous éditeur, Francia

Indu CHANDRASEKHAR, Tulika Books, India

Russell CLARKE, Ediciones Jacana, África del Sur

Sandro COHEN, Editorial Colibrí, México

Gilles COLLEU, Éditions Vents d’ailleurs, Francia

Arielle CORBANI, Éditions de l’Atelier, Francia

Germán CORONADO, Ediciones Peisa, Perú

Anna DANIELI, Ediciones Trilce, Uruguay

Héctor DINSMANN, Libros de la Araucaria, Argentina

Serge DONTCHUENG KOUAM, Presses Universitaires d’Afrique, Camerún

Jacques DOS SANTOS, Edições Chá de Caxinde, Angola

Iñaki EGAÑA, Editorial Txalaparta, País Vasco – España

Fatma EL BOUDY, Elain Publishing, Egipto

Jose Mari ESPARZA, Editorial Txalaparta, País Vasco – España

Marc FAVREAU, The New Press, Estados Unidos de América

Araken GOMEZ RIBEIRO, Editora Contra Capa y Liga Brasileira de Editores (LIBRE), Brasil – colectivo de editores independientes que agrupa 100 editoriales

Müge GURSOY SOKMEN, Ediciones Metis, Turquía

Agnès GYR-UKUNDA, Éditions Bakame, Ruanda

Sofiane HADJADJ, Éditions Barzakh, Argelia

Pablo HARARI, Ediciones Trilce, Uruguay

Susan HAWTHORNE, Spinifex Press, Australia

Jutta HEPKE, Éditions Vents d’ailleurs, Francia

Dorothée-Gérard HOUESSOU, Les éditions du Flamboyant, Benín

Federico IBÁÑEZ, Asociación Bibliodiversidad, España – colectivo de editores independientes que agrupa 129 editoriales

Guido INDIJ, La marca editora y Los Editores independientes de Argentina por la diversidad bibliográfica (EDINAR), Argentina – colectivo de editores independientes que agrupa 33 editoriales

Yasmin ISSAKA, Éditions Graines de pensées, Togo

Aline JABLONKA, Éditions Charles Léopold Mayer, Francia

Ivana JINKINGS, Boitempo Editora, Brasil

Renate KLEIN, Spinifex Press, Australia

Hamidou KONATÉ, Éditions Jamana, Malí

Octavio KULESZ, Libros del Zorzal, Argentina

Béatrice LALINON GBADO, Éditions Ruisseaux d’Afrique, Benín

Alvaro LASSO, Ediciones Estruendomudo, Perú

Anne LIMA, Éditions Chandeigne, Francia

Sami MENIF, Cérès éditions, Túnez

Ritu MENON, Ediciones Women Unlimited y Independent Publishers’ Group, India – colectivo de editores independientes que agrupa 10 editoriales

Anita MOLINO, Federazione Italiana degli Editori Indipendenti (FIDARE) Italia – colectivo de editores independientes que agrupa 87 editoriales

Julie MONGEAU, Les éditions écosociété, Quebec – Canadá

Auguste MOUSSIROU-MOUYAMA, Les éditions du Silence, Gabón

Pablo MOYA, Alianza de editoriales mexicanas independientes (AEMI), México – colectivo de editores independientes que agrupa 15 editoriales

Aïda et Nabil MROUEH, Éditions Al-Intishar, Libano

Jean-Claude NABA, Sankofa & Gurli éditions, Burkina Faso

Abdeljalil NADEM, Éditions Toubkal, Marruecos

Lidio PERETTI, Editora Vozes, Brasil

José Antonio QUIROGA, Plural Editores, Bolivia

Claude RABENORO, Éditions Tsipika, Madagascar

Marie-Michèle RAZAFINTSALAMA, Presse Edition et Diffusion, Madagascar

Jean RICHARD, Éditions en bas, Suiza

Juan Carlos SÁEZ, Asociación de editores independientes, universitarios y autónomos de Chile (EDIN), Chile – colectivo de editores independientes que agrupa 35 editoriales

Rodney SAINT-ÉLOI, Éditions Mémoire d’encrier, Haïtí – Canadá

Asdrúbal SÁNCHEZ, Editorial Laboratorio Educativo, Venezuela

André SCHIFFRIN, The New Press, Estados Unidos de América

Virginie SÉGUINAUD, Éditions Donniya, Malí

Abdulai SILA, Ku Si Mon Editora, Guinea Bissau

Paulo SLACHEVSKY, Lom Editorial, Chile

Bernard STEPHAN, Les éditions de l’Atelier, Francia

José TAVARES, Editora Campo das Letras, Portugal

Roger TAVERNIER, Éditions Emina Soleil, Francia

Susannah TREFGARNE, Zed Books, Reino Unido

Abdón UBIDIA, Editorial El Conejo, Ecuador

Marcelo URIBE, Ediciones Era, México

Jacqueline WAGENSTEIN, Colibri Books, Bulgaria

Cristina WARTH, Pallas Editora, Brasil

XUE Kuisong, Ediciones Sanlian, China